Monday, June 25, 2012

¿Desaparecerá el libro impreso? (Y algunas librerias que nos quedan)


LOS LIBROS SOBRE TRUJILLO Y DE “CHISMES” SON LOS QUE MÁS SE VENDEN.




 El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), a través del Boletín número 8, publicado en febrero de este año, presentó su percepción sobre el clima empresarial editorial y tendencias a corto plazo. Según un estudio realizado por esta organización en la región latinoamericana, el resultado muestra que uno de los mayores problemas que enfrentan las empresas editoriales es el alto costo de distribución de los libros y la falta de convenios adecuados para disminuir los costos de este rubro, además de la falta de dinamismo para ampliar el mercado.

La investigación también presenta que los gobiernos no se preocupan por las empresas establecidas en las provincias y que centran todos sus esfuerzos de promoción únicamente en la capital. La carencia de librerías en muchos territorios y provincias es factor alarmante. Las redes latinoamericanas de librerías de venta son deficientes y, por lo general, están concentradas en grandes ciudades.Un factor fundamental que destruye el comercio del libro en nuestro país es la ineficaz implementación de la Ley del Libro número 502-08, publicada en noviembre 2008 por el Congreso Nacional. En el Capítulo IV de la misma, los artículos 17 al 20 formulan el sistema de incentivo a la industria editorial, a la oferta de libros y la creación literaria. En ellos se exime de pago de impuestos a la cadena de producción, exportación e importación de libros, la venta de libros, los productos editoriales científicos y culturales, y las editoriales y librerías que estén constituidas como personas jurídicas.

A pesar de “las buenas intenciones” enunciadas a través del reglamento los libreros se sienten desamparados, Virtudes Uribe propietaria de la conocida librería La Trinitaria, reclama que la Ley del Libro no se ha puesto en vigencia, y no les protege. La escritora Emilia Pereyra se une a esta denuncia: “la Ley del Libro necesita que sea urgentemente aplicada, pues esta beneficiará tanto a los editores, escritores, libreros y los lectores. Juan Freddy Armando, director del Plan Quinquenal del Libro y la Lectura entiende que la aplicación de esta ley requiere de paciencia, porque “hay que preparar los reglamentos que hagan posible su ejecución, y el organismo al que le corresponde está trabajando en dichos reglamentos”.

El desánimo que sienten los pequeños empresarios del libro en Santo Domingo se debe en gran medida, al deficiente apoyo que reciben: Víctor Santos, propietario de Philobiblia, librería ubicada en la zona universitaria reclama: “a nivel estatal estamos muy atrasados en cuanto a la motivación de empresarios emprendedores pequeños”. A estas demandas, Juan Freddy Armando responde: “los libreros han de saber que la Ley del Libro y Bibliotecas les ofrece grandes beneficios, de modo que es como una especie de revolución en el campo del libro y la lectura”.

Otro elemento importante que ha calado en la desaparición del libro dominicano es la escasa difusión y distribución en todo el territorio nacional. Tanto lectores como escritores de provincias se quejan de que fuera del Distrito Nacional no consiguen gran cosa en las pocas librerías. “En Sosúa quedan dos quiosquitos, que no creo que se puedan llamar librerías, un cuartucho con dos o trescientos tomos enmohecidos y ávidos de ser leídos y tratados como libros decentes tirados en una “dizque” biblioteca de Charamico, y en medio de todo esto, una legión de cibercafés repletos de prostitutas y vagos que utilizan las computadoras sólo para chatear, enviar fotos, chismes y todo menos para leer y estudiar. Bueno, quizás he sido un poco exagerado, también van unos que otros estudiantes a hacer sus respectivas investigaciones y algunos seres dispuestos a sacar del Dios cuadrado alguna información del género erudito”. Así se expresa Moisés Muñiz escritor puerto plateño.

De lo real a lo virtual
¿Desaparecerá el libro como medio físico? Son muchas las discusiones acerca de la desaparición de la lectura física por el reemplazo de los libros virtuales. ¿A qué amante de la lectura no le gusta tener el libro en sus manos, tocarlo, llevarlo al parque, tomar apuntes al pie de página? En este sentido el periodista y editor estadounidense Josh Quittner, en su artículo “La Era de la Tablet cambia la lectura” expresa: “las revistas, libros, periódicos, se supone que todo esto está muriendo. Lo bueno es que los niños de 12 años, al igual que sus papás y los papás de sus papás y remontándonos hasta 1731, cuando se publicó la primera revista (y el año en el que nació el abuelo de Darwin) siguen disfrutando de ese medio, pero quieren explotarlo de una forma más espontánea y útil.”

Virtudes Uribe, propietaria de la Librería La Trinitaria, quien para renovar su negocio colocó dos computadoras, pero su constante queja es que los jóvenes las utilizan para chatear y jugar reconoce: “con o sin computadoras en nuestros 40 años comercializando libros, nunca he visto a un joven que en temporada de vacaciones venga interesado en comprar un libro para leerlo en su tiempo libre; así que el problema no radica en la Internet y en los libros virtuales, este es un problema viejo que tiene otra nueva justificación”. La escritora Taty Hernández entiende que los jóvenes prefieren invertir su tiempo navegando en la web que leyendo. Leticia Valdez joven abogada, quien disfruta leer, plantea que nuestro país necesita “menos Facebook y más libros”. A pesar de todo Josh Quittner, editor de la revista Fortune, apuesta por la inmortalización del libro impreso: “los planeadores urbanos temen lo que le pueda ocurrir a las comunidades si los libros digitales suplen a las librerías. La red es para rastrear, no para leer a conciencia”.

El prestigioso investigador italiano, Giovanni Sartori en su libro “Homo Videns: La sociedad teledirigida” plantea la gran influencia del computador en la actualidad. Para Sartori, el Internet “es un prodigioso instrumento multitarea: transmite imágenes, pero también texto escrito; abre el diálogo ente los usuarios que se buscan entre ellos e interactúan; y permite una profundización prácticamente ilimitada en cualquier curiosidad”.

Auge en las publicaciones
En los últimos años la actividad editorial es sorprendente en nuestro país, a pesar de los bajos niveles de lectura. Sobre este asunto Emilia Pereyra afirma “el público que lee es pequeño, solo una élite. Últimamente se publican muchos libros pero con pocas tiradas que no sobrepasan a las mil”. El escritor Roberto Marcallé, entiende que es natural que exista un mayor interés por la lectura y el libro dominicano, por cuanto se ha incrementado la población en general, la población estudiantil y el interés nacional y personal. No obstante, considera que la dirección de las publicaciones y escritores deben ampliar su espectro a temas de interés común.

El problema de la lectura en nuestro país según Marcallé, no solo radica en una población que no lee por falta de recursos, sino una población que está desinteresada. Por ello los escritores deben dirigir su atención hacia temas que “digan lo que somos como ser nacional; temas que tengan que ver con lo que hiere, destruye o mata a la gente. Los escritores deben ahondar en las razones espirituales que nos aquejan, amargan, deben publicarse más libros que profundicen en realidades económicas, políticas y sociales. Pues la gente está ansiosa por saber las razones de muchos de los problemas nacionales latentes, sin solución desde hace años”.

Una solución a la falta de interés en la lectura es escribir de una manera que llame la atención y lleguen a un mayor número de personas. A pesar de quien pública marca las tendencias del mercado, los escritores deben decidir que es lo que quieren expresar. Pereyra entiende: “el escritor debe sopesar la tendencia del mercado y su creatividad y expresión artística, debe decidir entre lo que la gente busca y lo que desea mostrar”.

LIBRERÍAS QUE QUEDAN EN EL DISTRITO NACIONAL

1. América

2. Avante

3. Fersobe

4. El Moreno

5. Jurídica virtual

6. La Filantrópica

7. La Trinitaria

8. Luna

9. Macalé

10. Mateca

11. Medina

12. New Horizons Book shop

13. Philobiblia

14. Pichardo

15. Solano

16. Thesaurus

Tiendas por departamento y supermercados con librerías:

1. Centro Cuesta Nacional

2. La Sirena

3. Plaza Lama

4. Carrefour

Distribuidora de libros

1. Amengual

2. Eduprogreso

3. Santuario

4. José libros (Zona Oriental)
Tomado de:

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