Monday, May 14, 2012

Biography of the day. Manuel del Cabral



Poeta, escritor y novelista nacido en Santo Domingo, República Dominicana en 1907.
Es la figura más importante en la lírica moderna de su país y la que justamente ha logrado una mayor proyección continental. Fue denominado junto a Nicolás Guillén como uno de los más fieles representantes de la poesía negra, convirtiéndose en un permanente defensor de los derechos de su pueblo. Siendo todavía adolescente se radicó en los Estados Unidos, y luego recorrió diversos países sirviendo en el cuerpo diplomático, para radicarse por muchos años en Argentina reconocida por él como su segunda patria.
Su vasta obra abarca varios géneros de la poesía, sobresaliendo especialmente sus«Doce Poemas Negros», «Compadre Mon» y «Trópico Negro». Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1992.
Falleció en Santo Domingo en 1999.


 
“Pesa de transparente tu mano sin historia.
Los niños no perdonan que les robes la infancia.
Tu mirada trabaja sin sueldo como el cielo

y abre todas las puertas que no construye el hombre.
No, no me quedo tranquilo, no puedo,
En cada movimiento eres
un fruto, cuando yo no te miro te construyo,

déjame que te saque mariposas del cuerpo
tal como el campanero que de súbito pone
loca de golondrinas la mañana.
Déjame…

Déjame que te vista de tiempo para verte”.


Mudo 15 


“Ahora que mi sombra se lava en tu sonrisa.
Para que yo coseche quejas color de trigo,
pájaros labradores araron en la brisa.
Y el tren, nuevo de ruido, cargado de distancias,
asustará tu falda, pero mi voz ausente
habrá nacido al miedo de todas tus fragancias.
Y alumbraran el susto, color de tus pisadas.
Los niños de tus ojos-tus paisajes mejores
inútilmente claros de temores.
Pájaros labradores araron en la brisa.
Tu reloj de inocencia tiene las horas mansas.
Qué blanca está la miga del pan de tu sonrisa.
Viajero de tus manos, ¡qué aventura!
Mi corazón se me cayó en el tuyo
como se cae la fruta ya madura”.

 

SIN NADA EN TU CASA

Yo te he visto cavar minas de oro
—negro sin tierra—.
Yo te he visto sacar grandes diamantes de la tierra
—negro sin tierra—.
Y como si sacaras a pedazos tu cuerpo de la tierra,
te vi sacar carbones de la tierra.
Cien veces yo te he visto echar semillas en la tierra
—negro sin tierra—.
Y siempre tu sudor que no termina
de caer en la tierra.
Tu sudor tan antiguo, pero siempre tan nuevo
tu sudor en la tierra.
Agua de tu dolor que fertiliza
más que el agua de nube.
Tu sudor, tu sudor. Y todo para aquel
que tiene cien corbatas, cuatro coches de lujo,
y no pisa la tierra.
Sólo cuando la tierra no sea tuya,
será tuya la tierra.


LA MANO DE ONÁN SE QUEJA
Yo soy el sexo de los condenados.
No el juguete de alcoba que economiza vida.
Yo soy la amante de los que no amaron.
Yo soy la esposa de los miserables.
Soy el minuto antes del suicida.
Sola de amor, mas nunca solitaria,
limitada de piel, saco raíces...
Se me llenan de ángeles los dedos,
se me llenan de sexos no tocados.
Me parezco al silencio de los héroes.
No trabajo con carne solamente...
Va más allá de digital mi oficio.
En mi labor hay un obrero alto...
Un Quijote se ahoga entre mis dedos,
una novia también que no se tuvo.
Yo apenas soy violenta intermediaria,
porque también hay verso en mis temblores,
sonrisas que se cuajan en mi tacto,
misas que se derriten sin iglesias,
discursos fracasados que resbalan,
besos que bajan desde el cráneo a un dedo,
toda la tierra suave en un instante.
Es mi carne que huye de mi carne;
horizontes que saco de una gota,
una gota que junta todos los ríos en mi piel, borrachos;
un goterón que trae todas las aguas de un ciclón oculto,
todas las venas que prisión dejaron
y suben con un viento de licores
a mojarse de abismo en cada uña,
a sacarme la vida de mi muerte.


Tomado de:
http://amediavoz.com/cabral.htm#LA%20MANO%20DE%20ON%C3%81N%20SE%20QUEJA


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